A menos que se tomen medidas urgentes, se estima que el número de personas que mueren por ictus en el mundo aumentará en un 50% en 2050 hasta alcanzar los 9,7 millones de muertes anuales, con unos costes anuales que podrían alcanzar los 2,3 billones de dólares (unos 2.178 millones de euros), según un nuevo informe sobre soluciones prácticas para reducir la carga mundial del ictus.
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